Actualizar o restaurar un mueble es una buena oportunidad para cambiar el estilo de cualquier rincón de la casa. Pero, cuidado, aunque puede ser una actividad divertida, también hay que tener en cuenta una serie de consejos antes de empezar. En este post te contamos algunos de los errores más frecuentes para que el proceso pueda sea todo un éxito:

1. Elegir el mueble adecuado

El primer paso es realizar un análisis del mueble a recuperar. Recomendamos que al principio elijas muebles de pequeño tamaño, que sean sencillos, y de madera maciza. Evita muebles chapados, ya que al lijar, puede que se desgaste la capa de madera o se produzcan levantamientos de la chapa.

Si esto ocurriera se puede hacer una reintegración a nivel volumétrico para arreglar los desperfectos, pero esto lo trataremos en futuros post. Se trata de un proceso más complejo y podremos llevarlo a cabo una vez hayamos realizado algunos proyectos más sencillos.

2. No utilices botellas de plástico para guardar materiales peligrosos

Uno de los errores más comunes y peligrosos que solemos hacer a nivel doméstico, es rellenar botellas de plástico con productos corrosivos o químicos que hayamos usado durante el proceso de recuperación de nuestro mueble.

Hay disolventes, agua fuerte, alcohol de quemar, endurecedores o productos para tratar el ataque biológico de la madera que son incoloros y que si se meten en una botella de plástico se pueden confundir con agua mineral e ingerirlos por error, provocando serios problemas de salud.

Si sobran productos de estas características y no podemos volver a meterlos en sus envases originales, deberían introducirse en recipientes de plástico de polietileno u otro compuesto de boca ancha preparados para disolventes y sustancias químicas. Se pueden adquirir en tiendas especializadas de plásticos.

En otras ocasiones, para eliminar suciedad de las superficies podemos realizar preparados caseros en los que utilizaremos varios disolventes en proporciones distintas, por lo que debemos prepararlos y etiquetarlos convenientemente con la proporción de cada componente y la fecha de preparación. También los utilizaremos para elaborar barnices o colas que debemos preparar de forma casera y en los que tengamos que hidratar partículas sólidas de los mismos.

3. Lijar, eliminar el polvo e imprimar antes de pintar

Un error común es pintar el mueble sin antes lijar la superficie. Con este proceso abriremos el poro de la madera,  eliminemos sustancias y suciedades y preparemos la superficie para que la pintura se adhiera mejor.

Cuando lijemos, debemos realizarlo con un taco de lija para que quede uniforme. A continuación, eliminamos el polvo generado y revisamos las instrucciones de la pintura que queremos aplicar. Si requiere de imprimación, recuerda aplicarla con un paño húmedo, así evitarás manchas de color y resinas posteriormente. Tras ello, podrás disponerte a pintar.

4. Hacer pruebas de color

En ocasiones elegimos un color y cuando lo aplicamos no nos convence. Por ello, es muy importante que, antes de comenzar a pintarlo,  hagamos una prueba en la trasera del mueble o en una zona no muy visible. Debemos dejar que seque y ver el tono final. De esta manera, podremos hacer rectificaciones o utilizar otro color antes de extender la primera capa.

5. Tiempos de secado adecuados

Sabemos que estás impaciente por ver el resultado de tu mueble, pero no debemos saltarnos los tiempos de secado. Hay que dejar secar bien las capas de pintura entre mano y mano, por que si no crearemos clavas y arrastraremos producto de la primera capa.

Recuerda: mínimo 4 horas o el tiempo recomendado del fabricante. Ten en cuenta que las condiciones meteorológicas influye en el secado, por lo que en inverno deberemos dejar secar algo más de tiempo.

6. Acabados

Las capas de pintura que has aplicado a tu mueble no son suficientes para protegerlo. Es importante que los acabados se hagan con barniz. Si has optado por dejar tu mueble al natural, no olvides aplicar también barniz o una cera natural para asegurar su aspecto durante más tiempo.