ULTRA FAST FASHION: LA MODA DE HOY, ES LA CONTAMINACIÓN DE MAÑANA
La industria textil está en constante cambio, perfeccionando sus estrategias con la intención de llegar a más compradores y aumentar sus beneficios. Un movimiento que ha generado que, la conocida como moda rápida, haya pasado a definirse como ultra rápida.
Y es que, este nuevo modelo de consumo, impulsado por empresas extranjeras, se apoya en la creación de pequeños lotes de prendas copiadas de marcas más caras, a precios reducidos. Para ello, disminuyen los costes de producción, al bajar la calidad de la ropa, e invierten esas sumas de dinero en publicidad.
Para aumentar su alcance, no solo se aprovechan de la constante publicidad que aparece en redes sociales, sino que, su mayor impulso, son los constantes hauls que personas, más o menos influyentes, llevan a cabo en sus perfiles.
La moda que se usa una vez y contamina durante siglos
Pero la, realidad es que, el coste medioambiental de esta producción es descomunal. Actualmente, provoca el gasto del 20% de agua a escala global. En el caso de las emisiones de carbono, los envíos de paquetes por vía aérea suponen ya el 38%, debido a que más rápido que el marítimo pero, también, más caro y contaminante.
Greenpeace Alemania alertaba ya, en 2022, de que este modelo de negocio esta basado en el uso de productos químicos peligrosos que provocan destrucción ambiental. Gracias al informe que presento, revelo que un 15% de los productos testeados contenían químicos que excedían los límites establecidos por la Unión Europea. Y, es que, las prendas contienen un 82% de material sintético.
Y, ¿Qué pasa con lo que no se vende?
Mucha de esta ropa no llega a salir de los almacenes de las empresas creadoras y acaban directamente en el vertedero, donde son incineradas, sin permitir que las materias primas que las componen sean recuperadas para su reutilización. Y, el resto, es exportado a países como África del Este y del sur Global.
Primeros pasos para frenarlo
En junio de este año, Francia promulgó una nueva ley con la que pretende frenar el consumo acelerado y desechable a través de los siguientes puntos:
- Prohibición de publicidad de marcas de moda rápida y ultra rápida.
- Creación de un impuesto ecológico a cada prenda.
- Etiquetado en el que se especifique el impacto ambiental de la prenda.
- Sanciones a los influencers que promuevan este tipo de consumo.